Cuanto más se acerca la edad de una persona a los años que tenía su padre o madre cuando manifestó los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer, mayor es la probabilidad de que su cerebro presente placas de amiloide, principal causa que se relaciona con el deterioro cognitivo asociado a dicha demencia.
Dichas placas, se presentan en el cerebro, a consecuencia de vivir altos niveles de estrés que se caracterizan por un estilo de vida, y un patrón de conducta que es reflejo de una construcción familiar. Dicho constructo o forma de vivir, se sintomatiza en una estructura alimenticia, hábitos de sueños y formas de afrontar las dificultades que se viven a diario.
De la resolución de estas crisis y la adecuada superación dependen en gran parte, de una relación sana del individuo y su entono familiar, disminuyendo posibles factores de riesgos que contribuyen a la aparición de síntomas psicológicos relacionados al estado de ánimo, rasgos de personalidad, factores neuropsicológicos, y patrones de conductas que predisponen al sujeto a la posible aparición de un cuadro de deterioro emocional o de ansiedad agudo en edades adultas media y adulta tardía; apareciendo rasgos de personalidad que ya estaban presentes sin develar un escenario amenazador para el sujeto en cuanto a padecer posibles trastornos psicológicos y psiquiátricos.
Es así, que el argumento existencial de la vida y sus contingencias lleva a solapar los hechos vivenciales en solo palabras; sorprendiendo, cuando aparece síntomas de enfermedad y hasta la muerte como cierre de ciclo final de vida, dando paso a una etapa desconocida de dolor y angustia que detonan en patologías psiquiátricas y neurológicas en pacientes cuya edad temprana fue invadida de estilos de vidas no saludables.
La dinámica familiar en pacientes que padecen a temprana edad (adolescencia y adultez) alteraciones emocionales como cuadros depresivos, ansiedad, angustia o altos niveles de estrés, son factores de riesgo para la aparición de la demencia tipo alzheimer, si estos no se reelaboran con tratamiento psicològico adaptando una calidad de vida.
Las historias familiares son determinantes en cuanto a la construcción de conceptos fuertes que ayuden al sujeto a elaborar de forma resiliente cada conflicto como una experiencia de vida, además de influir en patrones conductuales como buenos hábitos alimenticios y del sueño, disminución de alcohol y tabaco, sometimiento a diestrés o estrés negativo.
Empoderarce de una calidad de vida, influir adecuadamente en nuevos estilos de vida familiares, adquirir herramientas para la resolución de conflictos y construir estructuras de pensamiento que ayuden a ver la realidad no como un problema sino como la posibilidad de avanzar, el síntoma de vida es solo la aparición de soluciones para conflictos no resueltos.
Te invito a evaluar tu historia de vida familiar, resolver lo que es necesario, soltar las cargas, y evolucionar en tu estilo de vida y de esta forma trascender en una calidad de vida que aleje de forma significativa la aparición del alzheimer.
Dichas placas, se presentan en el cerebro, a consecuencia de vivir altos niveles de estrés que se caracterizan por un estilo de vida, y un patrón de conducta que es reflejo de una construcción familiar. Dicho constructo o forma de vivir, se sintomatiza en una estructura alimenticia, hábitos de sueños y formas de afrontar las dificultades que se viven a diario.
De la resolución de estas crisis y la adecuada superación dependen en gran parte, de una relación sana del individuo y su entono familiar, disminuyendo posibles factores de riesgos que contribuyen a la aparición de síntomas psicológicos relacionados al estado de ánimo, rasgos de personalidad, factores neuropsicológicos, y patrones de conductas que predisponen al sujeto a la posible aparición de un cuadro de deterioro emocional o de ansiedad agudo en edades adultas media y adulta tardía; apareciendo rasgos de personalidad que ya estaban presentes sin develar un escenario amenazador para el sujeto en cuanto a padecer posibles trastornos psicológicos y psiquiátricos.
Es así, que el argumento existencial de la vida y sus contingencias lleva a solapar los hechos vivenciales en solo palabras; sorprendiendo, cuando aparece síntomas de enfermedad y hasta la muerte como cierre de ciclo final de vida, dando paso a una etapa desconocida de dolor y angustia que detonan en patologías psiquiátricas y neurológicas en pacientes cuya edad temprana fue invadida de estilos de vidas no saludables.
La dinámica familiar en pacientes que padecen a temprana edad (adolescencia y adultez) alteraciones emocionales como cuadros depresivos, ansiedad, angustia o altos niveles de estrés, son factores de riesgo para la aparición de la demencia tipo alzheimer, si estos no se reelaboran con tratamiento psicològico adaptando una calidad de vida.
Las historias familiares son determinantes en cuanto a la construcción de conceptos fuertes que ayuden al sujeto a elaborar de forma resiliente cada conflicto como una experiencia de vida, además de influir en patrones conductuales como buenos hábitos alimenticios y del sueño, disminución de alcohol y tabaco, sometimiento a diestrés o estrés negativo.
Empoderarce de una calidad de vida, influir adecuadamente en nuevos estilos de vida familiares, adquirir herramientas para la resolución de conflictos y construir estructuras de pensamiento que ayuden a ver la realidad no como un problema sino como la posibilidad de avanzar, el síntoma de vida es solo la aparición de soluciones para conflictos no resueltos.
Te invito a evaluar tu historia de vida familiar, resolver lo que es necesario, soltar las cargas, y evolucionar en tu estilo de vida y de esta forma trascender en una calidad de vida que aleje de forma significativa la aparición del alzheimer.
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